Tengo varios amigos en Catia, honestos y trabajadores. Existe un rechazo fuerte al régimen y a los dirigentes de oposición. Son ciudadanos decepcionados de todo y de todos. Son aquellos que necesitan alguien en quien creer, confiar de nuevo, que los motive, que les haga crecer la llama de la esperanza y que sean capaces de poder ver un cambio verdadero en Venezuela.
Caminas esas calles y hay miseria, pobreza, indigencia, basura, no hay ley que se cumpla y lo que sobran son buhoneros aunque el régimen castrochavista que a todo le cambia el nombre sin provecho alguno, decidió llamarlos "economía informal". ¿Cuál economía?. Muchos son los que se tiran en el asfalto a vender lo que sea para sobrevivir, sin ningún tipo de seguridad social y sus hijos con ellos.
Por supuesto existen los indiferentes, los acostumbrados, los ignorantes, los ciegos aun, pero estoy segura que si apareciera una oposición diferente, seria, comprometida, sincera, valiente y dispuesta a estar frente a la acera de los más pobres, éstos cruzarían y se unirían para luchar por una vida decente y digna. Pero no por una campaña política, sino una campaña de vida. ¿Será una utopía conseguir a un político que se entregue en cuerpo y alma al país? ¿Existe?.
No es fácil, cada día hay menor información por medios de comunicación, la mayoría escucha la prensa y noticias rojas que se las meten por la tv, regalando esos pasquines en el Metro inyectando la mentira a un pueblo sin educación, que no puede defenderse ante una perenne propaganda comunista que los hipnotiza para hacer colas sin sobresalto, ya que el hambre pega y duro.
Catia como otras grandes parroquias de la capital tiene muchas cosas negativas antes descritas pero cuenta con un potencial humano importante y definitivo para el cambio esperado, pero requieren de esa guía, de algo totalmente diferente, esperanzador, que les llegue al corazón, que logre levantarlos y hacer que esa letra de nuestro himno los ilumine y unidos llegar al final de este régimen criminal.
31 de agosto de 2014
ovario
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