Catia
Hoy caminé poco, pero indudablemente la situación de hambre cada día se observa con imagenes que ves con mucha frecuencia, en cada avenida, calle de mi amada y empobrecida ciudad natal.
Sentir que vienen días muy duros para todos, que mucha más gente estará en crisis de toda índole, alimenticia, psicológica, de salud gracias a una tiranía que no le importa la gente, solo quedarse en el poder a pesar que la mayoría desea profundamente un cambio ya, radical, volver a tener un país normal.
Pero mi esperanza sigue siendo el pueblo que sufre, ese cambio anhelado se encuentra en manos de la familia venezolana, de todos sus ciudadanos, de todos, de una nación, porque somos millones y si nos expresamos juntos de manera contundente, ese cambio llegará, Dios mediante.
2 de julio de 2016
Caracas, Venezuela
ovario
Coche
Comiendo pedazos de patilla de la basura.
Niño va por todo el mercado recogiendo trozos de verduras y frutas.
Unos van de compras al mercado, otros a la basura.
Es un joven que no es mendigo, pero la revolución lo logró.
Allí esperan por más desperdicios, en la parte superior, a la izquierda aguardan familias enteras para conseguir algo de la basura, para comer. Habían guardias y era un tanto difícil hacer las tomas.
Ella, una mujer que tampoco es indigente, pero la revolución chavista-castrista tiene sus logros.
Abuelo se chupa un mango de la basura.
Catia
Y el Jorge Rodríguez pendiente de anular firmas del pueblo que quiere cambio, dejando a un lado su trabajo. Así se encontraba hoy el bulevar de Catia.
Con su gorra de Venezuela que en otros tiempos se usaba para ver un juego de pelota tal vez, ahora recogen de la basura algo para comer.
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