Muchacho come de la basura
Después de 4 meses de intensas protestas contra la tiranía, la inmensa mayoría tiene un sabor amargo, para nadie que viva aquí es un secreto ni especulación. Muchos quedaron paralizados en una tristeza con rabia y desaliento.
Tengo amigos en Catia y hoy pude saludarlos. Aquí tenemos la costumbre de preguntar, ''cómo estás?'' y uno responde automáticamente, ''bien'', ''chévere'', pero hoy ese saludo fue con la mirada aciaga. Después de decir bien, reaccionaron y dijeron, mira no, estamos arrechos, decepcionados.
Antes de colocar las fotos que tomé hoy, quisiera que vieran este video que publiqué el 16 de julio de 2017 en la plaza El Cristo de Catia, donde lo que reinaba era la esperanza por un cambio. Hoy se cumple un mes de ese día donde habitantes de la zona vencían el miedo y unidos lo demostraban.
http://ovario.blogspot.com/2017/07/plaza-el-cristo-catia-16jul.html
Hoy, todo sigue igual en cuanto a las carencias y penurias que sufre la gente, sumando, esa pesadumbre colectiva.
17 de agosto de 2017
Caracas, Venezuela.
ovario
CATIA
Colas por alimentos.
Hay gente que se acostumbra a todo, yo no puedo. Ver a los abuelos y a todos sometidos a esta humillación para conseguir, ''algo''. Y de paso maltratados por los colectivos, esos que tienen el control de los alimentos en la zona. Esos que, armados, mandan en esta ciudad.
¿Cuándo va a parar ésto? Es la pregunta común. Pues en las calles luchamos por cambiar esta pesadilla y por más deprimidos que se encuentren muchos, la solución se encuentra en nuestras manos. Retomar las calles. La cúpula castro, narco, chavista hoy siente un alivio, están felices porque piensan que vencieron. Lo que a ellos los pone realmente preocupados es la gente unida en la calle. No hace falta mayor explicación. Entónces, ese sigue siendo el camino para la libertad.
Según los voceros de la tiranía, venció la paz. ¿Cuál paz? Sobrevivir?
Estas son las vacaciones escolares, trabajar con sus padres para medio comer. Si es que, van a la escuela todos ...
Todos los días nos llenan los medios de comunicación de cadenas donde todo está perfecto. Pero la calle seguirá gritando la verdad.
El señor no es indigente, solo busca de los desperdicios para poder alimentarse. Ni Maduro ni Diosdado se dan una vuelta por aquí.
A penas llegó el señor descargando bolsas de basura, corrió esa señora con dos niños, para buscar allí alimento para sus hijos.
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