Después de la caminata bochinche de los trabajadores chavistas, el jaleo y la bebedera de aguardiente, debe ser que aun están pasando el malestar estomacal.
Sin embargo en Chacaito hace varios días no se observa una escoba por esos lares y casi toda el área metropolitana luce igual.
Muy lamentable que el venezolano sea un acostumbrado, a las colas por alimentos, a los apagones, a la matanza diaria, a la corrupción, a la falta de servicios para la salud decentes, a todo. Convivir con la mugre parece tampoco incomodarlos.
La belleza no existe en las calles de Caracas. Yo quisiera caminarlas y ver todo limpio, sin un solo papelito en el piso, que todos lanzaran sus desperdicios al pote de la basura, pero es muy cruel vivir afectada de lo que hacen los demás. Todo está corrompido, desde lo más simple hasta lo más alto de la sociedad. Quisiera ver mi ciudad natal bonita, cuidada, no esta cosa que te salpica el alma cada ves que tienes que transitarla.
Quisiera ver un cambio profundo, pero son sueños utópicos y lejanos, cosas que quizá no podré ver. Urgente cambiar el sistema político y educar a millones para que aprendan a ser ciudadanos y que entiendan que la ciudad les pertenece y deben amarla.
2 de mayo de 2015
Caracas, Venezuela
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