martes, 29 de mayo de 2018

FOTOS #29May - Muy triste ...



Pequeños bachaqueros, sobrevivientes ...


Caminas las calles y solo te llenas de más tristeza. Niños que trabajan, no estudian, no juegan, sueñan en su inocencia pero la realidad los tocó a muy temprana edad. Juegan con los billetes tal vez y aprenden rápido a contar sin colegio, aprenden otras cosas que no corresponden a su edad, como el vocabulario que escuchan, todo lo feo y malo del ambiente y carentes de tantos elementos lógicos para crecer en armonía, bienestar y un futuro prometedor.

 

Algunos andan solos porque fueron abandonados o escaparon de algun hogar lleno de violencia, hambre y tantas razones más. Muchos otros son muy pobres y sus padres se los llevan a sus sitios de trabajo, el buhonero, el bachaquero, ya que no tienen donde dejarlos porque hasta la abuela trabaja en la calle y no tienen como pagar una guardería. Y allí van creciendo en ese asfalto hostil.


Me subí a una camioneta de las pocas que hay y terminaban de atracar a los pasajeros. Otros comentaban el tiroteo que se formó en un bus de Los Magallanes de Catia cuando unos malandros se enfrentaron a un policía y guardia nacional, todo frente a la gente. Y así andamos en esta tierra. En el Metro los retrasos son todos los días, está vuelto un asco, las escaleras no funcionan, también roban, es realmente inhumano viajar en esos vagones.


Me voy a los mercados populares porque alcanza un poquito más el dinero, pero uno se queda loco cuando un kilo de ajo te cuesta 2 millones 800 mil; 4 muslos 2 millones 500 mil; dos limones, dos tomates, un pimenton, dos papas, una zanahoria y poco de monte otros 2 millones de bolívares. Un lavaplatos un millón, un kilo de queso más de 2 millones y así todo. Es alarmante. Esto lo cuento hoy, pero mañana esos precios son periódico de ayer.


Entonces sigues caminando y aumentan las personas comiendo de la basura, humanos sobreviviendo a esta tragedia que no para, todos en espectativa, de una ayuda, un milagro, sin guía. De verdad no entiendo a los políticos que en el peor tiempo de nuestra historia dejen pasar y pasar tanto, los ciudadanos necesitan un conductor, un capitán, un patriota. No más comunicados y palabras. La gente sabe lo que sufre y no hace falta que se lo digan. 


La capacidad de destrucción de un país es indescriptible por la cosa roja, cada día más miserables y sin reacción contundente a la gravedad que padecemos. 

Lo peor es que la devastación no solo es económica, es moral, espiritual, el venezolano tan solidario va quedando a excepciones y no porque lo pienso, lo veo en la calle. 


Derrotar al tirano es el único camino para volver a tener un país, construirlo de nuevo, pero sin la cosa roja.


29 de mayo de 2018

 

Caracas, Venezuela


ovario

 

En otro tiempo te parabas en la avenida Baralt, frente a Capitolio y había transporte para todos. Hoy, tienes que hacer cola para subir al bus.

 

 Catia



Hasta en el cesto había un bebé ... 

 Esto es lo que compra la gente para lavar, limpiar, bañarse ...


Salvando un huevo roto ...



No hay colegio, hay trabajo.


Un dálmata abandonado, sobreviviendo de la basura, como los humanos callejeros.


Chacaito




En cada esquina hay alguien comiéndose un bocado de algo que consiguió por ahí.




 El agua estancada que ven estaba podrida. Mientras, una abuela reposa. 

Soledad.



 Algunos conversan, ayudan a las personas que viven en calle.





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