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Camino las calles para mostrar lo que anda mal, lo feo, lo vergonzoso, la grosería de país que pareciera no importar a sus ciudadanos, mucho menos al régimen nefasto, pero hoy gratamente escuché testimonios vivos de gente del pueblo humilde, inculto pero no tan torpe como frecuentemente tenemos la costumbre en generalizar.
Conversé con unos buhoneros y me decían que ellos se han lanzado a las calles a vender cualquier cosa porque no hay empleo, muchas empresas se han ido del país y que si no los dejaban trabajar, serían capaces de robar con tal de llevar el alimento a sus hijos. Un moreno alto, grandote expresaba: " Mi familia es lo primero y no dudaría de hacer lo que sea por ellos". Otros alrededor hablaban pestes del tipo que ocupa la presidencia. Una señora opinaba, "ese Masburro acabó con todo". Me sorprendí al escuchar ese término en la calle, pensé que sólo se leía en redes sociales, pero no, allí, en en Centro de Caracas, en medio de la basura, el despelote, el asfalto salvaje escuché eso, el Masburro...
En estos días se leen muchos artículos sobre la situación del país, periodistas, analistas políticos, videntes y ciudadanos comunes opinan de lo que hay y lo que viene, pero nada más certero cuando la calle te habla. En una camioneta de pasajeros escuché a una mujer sencilla, de barrio expresando su sentir sin ningún tipo de adornos. Había una cola inmensa porque Miraflores estaba trancada por una fiesta, según comentaba, decía que ella había votado por Maduro pero que ya estaba cansada de hacer colas por alimentos, que los militares conseguían todo y ella tenía que parir para conseguir la leche para sus hijos y larga conversa, que en resúmen mostraba decepción, rabia, desprecio hacia los que hoy tienen poder. En el transporte público todos la apoyaban, nadie salió en defensa de la fulana revolución.
A veces uno escribe frases bonitas de libertad, de lo que uno quiere que pase, tratando de mojar la esperanza, de animar a los cansados, pero la realidad que escuchas en las calles es la respuesta sin filtro y verdadera de una sociedad que se aproxima a un cambio.
En el nombre de Dios, juntemos nuestra indignación por un lado, nuestro amor a la patria, ayudemos a terminar de quitarle la careta de mentiras a un régimen podrido. Cuando hablo con la gente ignorante en la calle trato de explicarles de manera simple y fácil de entender lo que pasa, logro que me escuchen y algo de conciencia les late. Es necesario ayudarlos, con rencor no florece nada y no todos nacieron en una familia de principios y valores, no todos contaron con una educación de calidad, realmente millones pertenecen a una clase social muy desfavorecida, las palabras también empujan hacia la libertad. El chavista radical, ciego, sordo y lacerado de odio, si que no tiene cura.
20 de diciembre de 2014
ovario
Los juguetes están carísimos como todo, pero la gente hace sacrificos y busca de entregarles un bonito regalo a sus hijos en navidad, pero no todos reciben regalos bellos. En Quinta Crespo venden pedazos de juguetes, sucios, rotos y aun así los compran. Muchos niños pobres en navidad tienen eso.
:-(
Colas y más colas es lo que observas por estas calles..
Av. Baralt..
Mercal Catia...
En el bulevar de Catia unos cantaban a favor del "proceso revolucionario", borrachos hasta el c...
CATIA, Catia, catia...
Cola por desorantes y otros artículos...pacientes...por ahora.
¿Cómo alguien puede vivir vendiendo pepito y galletas?..
En busca de un regalo, bonito, barato... rudo en socialismo
Decoración navideña. Toda casa se convierte en lugar de venta...sobreviviendo.
En Catia los buhoneros se colocan en fila al frente de los comercios formales...desespero por la venta, sobrevivir en medio de la crisis.
Es Catia. Mucha gente, pero el mayor porcentaje de lo que ves, son vendedores ambulantes.
La cola.
En Caño Amarillo se lee...
En pleno proceso. La droga en acción.
Un chavista radical, hasta la muerte.
La Hoyada, Centro de Caracas
Parque infaltil..
La Hoyada City
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